Desde tu muerte y por la pronta terapia es que veo
el fallecimiento como algo totalmente natural y próspero pero me es inevitable
considerar este hecho como injusto por algunos momentos.
Creo que es la primera vez que te escribo, supongo que porque pienso que no me
vas a leer o porque nunca tuve el valor sentimental para hacerlo pero nada
tiene validez realmente. Desde tu partida tengo bastantes incertidumbres que
con el tiempo han crecido, acá todo el que te conoció me cuenta lo buena
persona que fuiste pero siempre tengo un concepto distinto de lo que significa
ser “buena persona” y no creo que alguien le diga a un hijo que su difunto
padre era mala gente por lo que he llegado a dudar pero no me malinterpretes,
no es algo que me preocupe pero si me despierta curiosidad dado que todos
hablan bien de algo después de que terminó.
La abuela siempre que me habla de vos lo hace entre lágrimas, siento que por
momentos te extraña más que cualquiera y es que según ella eras un hombre
ejemplar, un buen padre que siempre se preocupaba por hacer feliz a mamá y mamá
tuvo días complicados últimamente. Mamá siempre te extraña pero más lo hace
cuando algo se complica, aprovecha cada vez que puede para recordarme que cada
día me parezco más a vos y me ama por encima de ser mi madre.
Por mi parte también te extraño a pesar de no tener muchos recuerdos en vista
de que te fuiste muy temprano para mi memoria pero los que tengo los conservo
lo mejor que puedo. Hoy me parece injusto que te hayas muerto tan temprano, por
motivos egoístas pero también porque no creo que sea justo para vos que no
puedas conocer al hombre que creaste, que no puedas celebrarme o regañarme, no
me parece justo que mamá me vea crecer y vos no estés ahí. Estoy en una época
de total incertidumbre con lo que respecta a mi futuro, eso hizo que me
pregunte si estarías orgulloso de mí por mis pensamientos y mi forma de ser o
si me considerarías un fracasado porque prefiero quedarme en casa jugando videojuegos
en vez de salir a buscar trabajo pero sea lo que fuese que pensaras no estás
acá para ver la persona en la que me convertí o la que voy a ser. Nunca voy a
saber si estarías orgulloso de mí. No importa cuánto te ame nunca voy a poder
hacer que lo sientas. Pero está bien, porque todo esto me ayudó a ser quién soy
y mamá no sólo está orgullosa, también dice que vos lo estarías.
Quiero contarte que algún momento de mi infancia deseé tener un nombre común en
vez del que eligieron para mí y es que, por algún motivo, a la gente le cuesta
pronunciarlo pero hoy me encanta. El año pasado decidí acercarme a mis raíces y
aprender sobre ellas. Ojalá estuvieses para contarme cómo era tu padre. Supongo
que si algún día decido ser padre me tocará a mí contar cómo eras vos y espero ya
haber conocido las tierras de donde viene el apellido para ese entonces.
Para esta ocasión no creo encontrar palabras tan hermosas como las que escribió
una vez Dante Spinetta a un difunto Luis Alberto: “te amo porque inventaste el
amor”.